Hace unos meses os hablaba de Erwan Fichou, un artista que había retratado a una serie de personas con sus mascotas que se habían tejido un jersey con el pelo de sus mascotas. Hoy retomo el tema de la lana de perro de una forma más práctica e, incluso, de interés para todas aquellas personas amantes de las labores. ¿habéis oído alguna vez la palabra Chiengora? procede de las palabras chien (perro en francés) y de angora (la suave piel de los conejos). El hilado de pelo de perro es una antigua técnica que se remonta a la prehistoria escandinava y fue la principal fibra hilada en América del Norte antes de que los españoles introdujeran las ovejas. La chiengora es hasta un 80% más caliente que la lana de oveja y es impermeable. Su fibra no es tan elástica como la lana pero sí es más esponjosa y es increíblemente suave. Existe una firma Fibers Chiengora que se encarga de tratar pelo de perro y convertirlo en estupendas madejas y productos confeccionados (cojines para casa, guantes, gorros, bufandas... de las que tenéis una muestra en las fotografías de arriba). En su web explican cómo llevan a cabo este proceso de reciclado y, curiosamente, aceptan donaciones... capilares.
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