Un Boston Terrier como musa






Brian Rubenacker trabaja y vive en un pequeño pueblo de Michigan (Estados Unidos). Siempre se había dedicado al arte pero no fue hasta el año 2000, que pintó el primer retrato de una mascota. Se trataba de Lacey, su Boston Terrier, una perra cariñosa que siempre se sentaba en su regazo mientras coloreaba sus lienzos. Lo que empezó siendo algo personal (el retrato de la perra lo hizo para regalárselo a su mujer el día de su cumpleaños), se ha convertido, 13 años después, en uno de sus temas predilectos y, ahora, reinterpreta escenas y personajes del imaginario popular con los Boston Terrier (a veces algún que otro Pug) como protagonistas. Además ahora cuenta con dos musas más: las perritas Zoe y Sophie.

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